tag:blogger.com,1999:blog-74810119189782656932024-03-08T13:14:31.631+01:00Nuevas Homilías<a href="http://altreshomilies.blogspot.com.es">català</a> | <a href="http://otrashomilias.blogspot.com.es">español</a>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.comBlogger298125tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-38341778478602675762019-02-25T19:51:00.000+01:002019-02-25T19:51:12.756+01:00100. Hacerse servir, o servir a los demás?<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #003300;"> El verbo
"servir" lleva una carga positiva impresionante y de amplio alcance.
De entrada, significa una mirada abierta y disponible hacia fuera y, por esta
razón, significa también una voluntad resuelta de bajar de la torre de marfil y
de renunciar a considerarse a sí mismo como el objetivo casi excluyente de la
propia vida. Es -diríamos- una mirada altruista, generosa. Quiere servir aquel
que se considera útil y capaz para ejercer aquella tarea en beneficio de
alguien, utilizando al máximo sus capacidades.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #003300;"> Fue el caso paradigmático de Jesús:
"El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir a los demás,
y a dar su vida como precio de rescate" (Mc 10,45). En efecto, toda la
trayectoria de la vida de Jesús pone de manifiesto que él es el hombre para los
demás; como si quisiera demostrar que la justificación de su vida no es él
mismo, sino los otros como objetivo inmediato, camino del objetivo final: el
Padre celestial. San Pablo da la síntesis perfecta: “Todas las cosas son
vuestras, vosotros de Cristo y Cristo es de Dios ". Como si dijera: todas
las cosas están a vuestro servicio, vosotros al servicio de Cristo (también del
Cristo místico, después de que él nos haya hecho útiles y capaces de servir,
con su entrega voluntaria). Y Cristo, al servicio de Dios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #003300;"> Así pues, la actitud de servicio,
antes que nada, nos libra de la tiranía absurda y aniquiladora de tenernos a
nosotros mismos como centro y objetivo primario -casi único- de nuestra
existencia; y en segundo término, nos integra en el proceso de unificación, de
recapitulación de todas las cosas en Cristo, para Dios Padre. En este contexto
podemos entender perfectamente la recomendación de Jesús cuando nos dice:
"El que quiera ser el primero, debe ser su servidor, y el que quiera ser
el primero, debe ser esclavo de todos (Mc.10,43- 44).<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #003300;"> ¿No se juega aquí el sentido de toda
vida humana? ¿Cuando intentamos servirnos de alguien, no caminamos en dirección
de la pérdida de utilidad personal y, en definitiva, hacia la negación de todo
sentido en el concierto de la creación? Por el contrario, quien más y mejor
sirve, será importante, el primero en relación al destino de toda la creación,
llamada al servicio amoroso de Dios. El primero será el servidor fiel, aquel
que, para servir, renuncia a las propias comodidades y se dispone, incluso, a
hacerse esclavo en aras del servicio generoso.<o:p></o:p></span></div>
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<span lang="ES-TRAD">Un vaso de agua
es importante para quien lo recibe. Le calmará el ardor de la sed y le puede
salvar la vida, en un caso extremo. Para el otro, el que lo da, un vaso de agua
no tiene ningún valor, pero lo tiene mucho el gesto de darlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Dar un vaso de agua pone en marcha toda
una dinámica humana espiritual y física, que toca el tuétano de la persona.
Nadie da sin haber visto primeramente al otro, sin haber captado su necesidad y
sin haber experimentado una corriente de afecto y de compasión. El que da un
vaso de agua es una persona viva y despierta que no está embelesada en un
narcisismo estéril y enfermizo, sino abierta a la realidad total. Dar un vaso
de agua es señal de una actitud extrovertida que le hace capaz de dar muchas
cosas y de darse a sí mismo. Es por eso que dice Jesús: “El que os dé un vaso
de agua por mi nombre, porque sois de Cristo, os aseguro que no quedará sin
recompensa” (Mc9,41). Tanto es así que, aunque el que da no tenga conciencia
clara de hacerlo en el nombre de Cristo o de pertenecerle plenamente, el solo
hecho de vivir en la disposición de dar o de darse, nos engancha realmente con
aquel que vive para los demás y se dio a sí mismo por amor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Ninguna disposición interior, ningún
estilo de vida, ninguno de los caminos que podemos tomar, nos lleva tan directamente
a lo esencial; nada nos lleva con tanta eficacia a Dios por medio de los demás
y con ellos, como el hecho de dar y darnos, porque es lo que nos hace más
semejantes a Dios y nos acerca más a él, que es el que es y hace ser, el que da
y se da por definición y esencialmente ..<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Dar y darse es entrar de lleno en el
plan de Dios y hacerse colaborador de su obra creadora. Dar es hacerse la mano
larga de Dios, haciendo llegar sus dones, como las capilareslares hacen llegar
a toda la superficie corporal el flujo sanguíneo bombeado por el corazón. Y
como la felicidad nace únicamente cuando uno se sitúa en el lugar adecuado y
cumple naturalmente la función encomendada, el solo camino y el más corto para
entrar y tener parte en los jardines de la felicidad, es dar y darse de buena
gana , y movidos exclusivamente por motivos que nacen del amor y la compasión.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Dar afecto,
compañerismo, comprensión, perdón; dar una mano, escuchar, defender, dar
cultura, pan, techo; promover la salud, la paz, la confianza; disipar temores,
abrir horizontes. Dar un vaso de agua. Nada de todo esto no quedará sin
recompensa.<u style="color: #003300;"><o:p></o:p></u></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="color: grey;"> Lo misterioso de la
Providencia es el cómo. Con nuestra mentalidad de querer ver resultados
inmediatos nos desconcierta y nos causa perplejidad. Vemos cosas absurdas y
espeluznantes que pasan y la mano de la Providencia, aparentemente, las ignora
totalmente. Cuando un feto presenta malformaciones, por graves que sean, y por
traumáticas que se prevean las consecuencias para su futuro y el de suyos, Dios
no interviene. Si se produce una catástrofe natural, como terremotos, inundaciones,
erupciones volcánicas, los afectados lo pagan invariablemente con la vida o,
como mínimo, con sus bienes. En el caso de una gran hambre en extensas regiones
del mapa, aquellos desgraciados no pueden hacer otra cosa que conformarse con
su suerte y morir lentamente por desnutrición. Las víctimas de la violencia no
reciben ningún signo claro de protección divina y, en las guerras más crueles,
los más inocentes son los que pagan el precio más caro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: grey;"> En otro orden de cosas, la Liturgia
dice que los corazones de los gobernantes están en las manos de Dios, pero,
desde tiempo inmemorial, no pocos de ellos han desencadenado impunemente
holocaustos escalofriantes y Dios no se ha hecho sentir especialmente. La misma
Iglesia ha permitido, incluso ha promovido, matanzas en nombre de Dios y en
defensa de la religión, como lo han hecho también -y lo hacen-algunas otras
confesiones religiosas, y Dios no lo ha contradicho manifiestamente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: grey;"> A la vista de una experiencia
similar, sin excepciones en el transcurso de la Historia, muchos se preguntan:
¿Dónde está Dios? Y otros cabe preguntarse honestamente: ¿Qué es y cómo es la
providencia divina? Y hemos de intentar encontrar una respuesta que no sea
alienante o tal vez ofensiva para los mal tratados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: grey;">Para mí, la providencia
significa la presencia creadora de Dios, permanente, sin interrupción, en su
obra, conducir con eficacia hacia el cumplimiento final, al tiempo que respeta
la ley natural por él mismo establecida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: grey;"> La obra de Dios no es Dios; por
tanto imperfecta y capaz de error y de perversión, muy especialmente a causa de
la libertad querida por el mismo Dios. La obra de Dios no ha terminado, se está
haciendo, y es en este "hacerse" sonde cabe, provisionalmente, el mal
y el error. El proceso evolutivo de la creación se dirige, creemos y esperamos-
hacia la perfección bajo la presencia creadora de Dios y, más desde la
perspectiva del Absoluto, se puede entender lo especialmente positivo del
momento presente. Y, con razón, se puede adivinar la perfección final hacia
dónde se encamina.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: grey;"> Pero ¿qué hacemos con el daño que se
ha generado durante el proceso? ¿Qué hacemos con todo aquello que no se puede
aprovechar? La obra de Dios, llevada a cabo con elementos materiales y morales
imperfectos, genera basura, y con ella, ya sabemos qué pasa. Alguien deberá
retirarla y dejar el terreno limpio. La obra de Dios acabará bien, aunque algo
o alguien se pierda por el camino. <o:p></o:p></span></div>
HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-4848197086796016922019-01-14T20:06:00.000+01:002019-01-14T20:06:13.144+01:0097. Una pequeña historia<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #999999;">Él es un chico
extrovertido y bromista. Le gusta reírse de todo y de todos, aunque tiene mucho
cuidado de no ofender a nadie. No tiene vergüenza de contar sus idas y venidas,
los patinazos y los aciertos, porque cree que todo esto forma parte de su
aprendizaje de hombre. Se llama Vicente y asegura que su nombre lleva incluida
la inteligencia y la rectitud, y añade
que le dijo no sé quién, cierta vez, que los Vicente son algo vanidosos y
entonados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #999999;"> Comienza diciendo que de jovencito
no todo el mundo podía hablar con él porque se creía superior, lo más
importante, casi indispensable. Iba tensado como una pértiga y presumido como
unas castañuelas, y se daba aires de importancia, hasta el punto de que, sus
compañeros de clase y amigos de tertulia le mostraban un cierto respeto y le
pedían disculpas siempre que, sin querer, le habían pisado los talones o le
habían pasado delante irrespetuosamente. Cuando explica estas historias se pone
a reír como un tonto y, al terminar, se pone serio y ponderado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #999999;"> A continuación habla de su
"metamorfosis - o" cómo quiera
decirse" y explica cómo, poco a poco, se ha ido viendo a sí mismo como una
persona insignificante -como todos, añadía disertando largamente sobre la
insignificancia de cada ser y de cada persona humana, en comparación con el
todo. Ahora se le ve fascinado por la grandiosidad del universo y por la
variedad incontable y maravillosa de los elementos y de los seres vivos que lo
pueblan.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #999999;"> En el colegio de frailes -recuerda-
me insistían con razón en la humildad, aconsejándome que me comparara a tal o cual
santo, a aquella persona o a la otra. Tengo que confesar que no me servía de
gran cosa -explica-- porque de santo no conocía ningún -lo que se dice conocer,
y la otra gente era más o menos igual de tonto que yo mismo. Ahora he cambiado
el punto de mira y me parece que me va bien. Me comparo con el "todo"
y con Aquel que es más allá del todo y lo causa todo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #999999;"> ¿Quién soy yo ante el espacio
"infinito" del cosmos y de los incontables cuerpos (galaxias,
estrellas, planetas) que lo pueblan? ¿Quiénes somos en medio de mirí</span><span style="color: #999999;">adas de
seres humanos desde el origen hasta su extinción? Una gota de agua en medio del
océano. Ni más grande ni más pequeña, ni más importante ni menos, pero siempre
insignificante, en comparación al todo. Y mis años ¿qué son comparados al
tiempo de la raza humana o de la existencia del universo? Y eso no es nada, si
me comparo con Dios infinito y eterno, causa de todo. Aceptar esta comparación
me parece auténtica y provechosa humildad.</span></div>
HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-60849471938515414472019-01-08T19:38:00.001+01:002019-01-08T19:38:41.011+01:0096. Si alguno quiere ser el primero <div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.5pt;"> ¿A
quién no le gusta significarse, ser el primero de la promoción, el más apuesto,
el más valiente, el más respetado, el más aplaudido? Todos estos privilegios
son precarios en el tiempo, mientras no salga otro mejor o hasta que las
circunstancias le den la espalda. Si queremos ser los primeros debería ser en
algo sólido y que valiera la pena, porque, probar la gloria para caer luego en
el vituperio, debe ser una experiencia decepcionante y lacerante. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.5pt;"> Ser el primero en haber alcanzado
una personalidad positiva, inmaculada y útil, sería una gran manera de ser el
primero. Este es un objetivo posible, pero cada juego tiene sus reglas. La que
nos ha sido dada por Jesús es una regla directa y, sin lugar a dudas, eficaz.
Dice así: << Si alguien quiere ser el primero, debe ser el último y el
servidor de todos >> (Mc 8,34). Según esta regla, lo primero es ser el
último, que quiere decir olvidarse de sí mismo y de las propias comodidades y
manías, dejar de obsesionarse por la defensa de sus derechos y abandonar el
criterio de evaluar la vida según pérdidas y ganancias: significa asumir que
uno no es importante. Por el contrario, lo importante verdaderamente es el
Otro, y con él, los demás. Y hablando de vida, deberíamos asumir que no es ella
para nosotros, sino nosotros para la vida. La vida es un fenómeno cósmico
-mejor, divino- del que participamos gratuitamente y nos debemos a ella: somos
sus servidores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.5pt;"> Ahora entendemos mejor que nos
quiere decir Jesús con lo de << ser servidores de todos >> para
llegar a ser los primeros: tenemos que estar al servicio de todo vida
-privilegiando evidentemente la vida de nuestros semejantes- de manera tal que
estemos despiertos para darnos cuenta de cuando la vida está en peligro o de
cuando su dignidad es despreciada. Ahora, más que nunca, es urgente hacer
nuestra esta consideración, cuando la que llamamos cultura de la muerte invade
toda el área social y se atribuye la potestad de aniquilarla, tanto en su
inicio como en su término natural. Cuando, en el tramo donde, en general, no se
atreve a suprimirla, sí que priva de la
más elemental dignidad, mediante la pobreza y el desprecio, la vida de un
inmenso colectivo de ciudadanos.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 10.5pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> Nuestro servicio a la vida no se
puede contentar con buenos sentimientos y dulces palabras, sino que, en uso de
la libertad y poniendo en marcha nuestra fuerza y nuestras posibilidades, nos
dedicamos a salvar la vida o restituirle la dignidad y su indispensable
calidad. Entonces somos de verdad los primeros. O, sino, acuérdate de la madre
Teresa de Calcuta. ¿No es, quizás ella eminentemente de los primeros en la
asignación de los puestos en el Reino?</span>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-27551444400786246882018-12-17T19:34:00.003+01:002018-12-17T19:34:46.017+01:0095. Bienaventurado el que vive insatisfecho<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.5pt;"> Para
ir en busca de un tesoro se debe estar motivado. La motivación para una
investigación parte de una insatisfacción. ¿Has conocido algún vividor y
conformista esforzándose por ir a más, para descubrir zonas oscuras de sí mismo
o aspectos desconocidos del mundo y de la vida? Personas de un talante así son
escasas y, con su temperamento calmoso y apático, suelen dejar el mundo y las
cosas tal como las han encontrado. No nos referimos a ellos en esta reflexión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.5pt;"> Me he encontrado con dos tipos de
personas insatisfechas, aferradas a la búsqueda del tesoro. Hecho que me ha
permitido comprender que la persona humana es una mina inagotable, ella misma,
porque las he visto buscando alma adentro. El primer grupo lo forman aquellos a
quienes la naturaleza o la sociedad, o ambas a la vez, han negado los bienes
básicos para una vida digna, de manera persistente y sin esperanza de remedio.
Son los pobres y los marginados, los disminuidos y los enfermos terminales. El
otro colectivo es el de aquellos -! Oh cosa sorprendente!- que, una vez
cubiertas las necesidades básicas, sienten emerger en su interior una
insatisfacción hasta el momento desconocida, que los lleva a hacerse preguntas
y a indagar en su interior las respuestas a la pregunta por el sentido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.5pt;"> Unos y otros presentan las mismas
características: primero de todo es la sensación de carencia total, en unos, y
de insuficiencia amarga para los demás, a pesar de la cobertura de las primeras
necesidades. La experiencia siguiente se presenta como una intuición que
orienta sus esperanzas hacia el centro de ellos mismos: los bienes externos son
vistos como medios de subsistencia física, que nada pueden aportar a la del
"ser" que habita en ellos. Nada pueden aportar a la propia dignidad
de personas humanas. Han llegado a la cámara del tesoro: la vertiente mágica,
que abre el ser entero al mundo espiritual o artístico, según la sensibilidad o
la orientación previa de cada uno.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.5pt;"> Lo más profundo de todo es cuando se
abre al encuentro personal con Dios, que habita en el centro mismo del ser
humano. De este maravilloso hallazgo son excluidos evidentemente, por la misma
naturaleza de las cosas, además de los comodones aludidos anteriormente, y con
mucha más razón los ególatras y los adoradores del becerro de oro: los
avariciosos, mezquinos, tacaños y, eminentemente, todos los que acumulan
ingentes riquezas a la espalda o con el sudor de otros. También ellos sufren
insatisfacción, que de nada les sirve, debido a que luchando en contra de ella,
no pueden aprender sus lecciones.<o:p></o:p></span></div>
HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-9253732240368639792018-12-03T19:44:00.000+01:002018-12-03T19:44:15.718+01:00 94. La otra dimensión<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;">Todo cuanto nosotros conocemos se encuentra enmarcado en
el espacio y en el tiempo. Todo está ubicado en algún lugar concreto y situado
en algún momento de lo que llamamos Historia. No importa que el lugar sea
microscópico como inmenso, o que el momento se sitúe ahora mismo o bien a miles
de millones de años vista. Por tanto, la dimensión del cosmos conocido, y de
nosotros mismos, está cerrada en la realidad espacio - tiempo. No tenemos
experiencia ni conocimiento de ninguna otra dimensión, de otra manera de ser.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Los
cosmólogos, sin embargo, se mueven ahora mismo en una hipótesis desconcertante.
Según ella, habría multitud de universos paralelos, encuadrados en dimensiones
diversas -incalculables- desconocidas absolutamente, que se escapan a la capacidad
actual de la mente humana. ¿Se aclarará alguna vez el alcance de este misterio
cósmico? ¿Descubriremos quizás algún universo que no esté ligado a la dimensión
espacio - tiempo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> La
Biblia, con su sabiduría multisecular, inspirada por Aquel que es la causa
original y final de todo, nos informa de un universo diferente del nuestro. Un
universo fuera del tiempo y del espacio, un universo espiritual, un universo
constituido por seres inteligentes, "seres - pensamiento", que no
tienen nada que ver ni con el espacio, ni con el tiempo. Por la Biblia tenemos
noticia de miríadas de seres - espíritus, llamados genéricamente ángeles, y
distribuidos en jerarquías como arcángeles, querubines, serafines, tronos,
dominaciones y potestades. Y la Deidad, la cual es el Bien, la Belleza, la
Verdad y el Poder absolutos, y la causa primera y última de todo lo que existe
.. De ese universo no hemos de buscar el comienzo ni el fin, porque cualquier
cosa que permanezca fuera del tiempo y del espacio ni empieza ni termina ni
ocupa lugar; simplemente, es. Tan incorrecto es decir que Dios está en todas
partes, como afirmar que no está en ninguna parte. Él no está; él es.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-size: 12pt;"> Es bueno que aprendamos a pensar en Dios como el Espíritu
puro del todo, en el sentido de que es sólo espíritu sin mezcla de ningún otro
elemento y, por tanto, inasequible al conocimiento por parte de nuestros
sentidos corporales, así como por parte de las facultades intelectuales humanas. Dios es pura existencia
personal, más allá del espacio y fuera del tiempo, que trasciende infinitamente
toda criatura y todo otro hipotético ser que no sea él. De Dios, la mente
humana puede llegar a adivinar su existencia, pero nunca podrá averiguar ni el
mínimo de su naturaleza íntima. Sólo la revelación de sí mismo puede entreabrir
una rendija al misterio profundo de su ser y de su providencia.</span>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-54489363635331964952018-11-26T19:27:00.003+01:002018-11-26T19:27:27.453+01:0093. Los rayos del sol<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Los rayos del sol
no son el sol. Son efluvios, sin embargo, de la naturaleza solar que, aunque
diferentes del sol, llevan los efectos de su naturaleza a todos los objetos y a
los seres que los reciben adecuadamente. El sol, con sus rayos ilumina, calienta y fecunda todo lo que abarca
con la fuerza suficiente. Cada objeto o cada ser resulta beneficiado de acuerdo
con su naturaleza y en proporción con su situación respecto del astro rey, en
el momento oportuno: cuando el sol pasa por la respectiva región. Los seres
vivos, como los árboles, buscan con fuerza exponerse a los rayos del sol creciendo
hasta la altura suficiente, donde nada les moleste. Los seres inteligentes construyen
sus hogares orientados al sol con el fin de obtener sus beneficios; y los que
no lo pueden hacer, buscan un refugio, para beneficiarse de los efluvios
solares. Lo que acabamos de decir es simbólico (Teología simbólica).
Adecuadamente considerado, nos transporta a captar el misterio de lo que pasa
entre la acción de Dios en nosotros y la recepción del misterio por nuestra
parte. El Pseudo Dionisio afirma: "El símbolo opera misteriosamente sin
que se pueda demostrar y pone las almas fervientes a la presencia de
Dios".<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> La presencia de Dios y su actuación
en todas las criaturas es permanente. Ni aquella presencia ni su actividad son
Dios, pero su impacto sobre cada criatura, cada una según la propia naturaleza,
circunstancias puntuales y disposición receptiva, le causa una aproximación a
la naturaleza divina, para hacerla semejante a ella, y de alguna manera,
endiosarnos. Es lo que llamamos gracia. Todo avance del hombre hacia su
realización personal y el desempeño de su destino eterno es obra de la gracia:
la presencia activa de Dios en el ámbito de la libertad personal humana.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Todos los maestros espirituales
admiten que en el camino de retorno del efecto a la Causa, del ser inteligente
y libre a Dios, se da un triple proceso: a) De purificación, que hace salir de
la multiplicidad de las cosas externas, a fin de concentrarse en sí mismo y levantarse
voluntariamente hacia Dios. b) De iluminación, cuando el alma es iluminada con noticias divinas a través del
discurso racional, y más tarde, por plena intuición intelectual. c) De
perfección o de unión, cuando el alma es atraída por Dios en la contemplación
directa del Bien y la Belleza infinitos en simplicidad y unidad. En todo este
proceso la iniciativa y la fuerza motriz principal vienen de Dios. De parte
nuestra la actitud necesaria es de colaboración, como lo hacen los seres vivos
respecto del sol: reconocer la incalculable potencia de la acción divina y la
necesidad que tenemos, acogerla positivamente con gran humildad, obedecerla con
toda diligencia en todo lo que nos pide, olvidarnos de nosotros mismos y poner
toda nuestra atención y confianza en Dios, que no defrauda a nadie, arrinconar
nuestra pretendida sabiduría y las estratagemas espirituales que hasta ahora
hemos utilizado. Dice Dionisio, el Areopagita: "A todos se manifiesta en
todas las cosas y no hay quien lo conozca en ninguna de ellas (...) pero la
manera más digna de conocerlo (a Dios) se consigue no sabiendo".<o:p></o:p></span></div>
HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-23697028460055328932018-11-20T19:40:00.002+01:002018-11-20T19:40:19.275+01:0092. ¿Por qué? (II)<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> El cosmos es la
existencia de algo material (materia y energía). Es, pues, una existencia
estática, muerta. ¿Será, tal vez, un complejo de cuerpos baldíos ubicados en un
espacio vacío, sin otro destino que el de una existencia estéril? No lo sabemos
muy bien. Tenemos, sin embargo, una muestra. Vivimos en uno de los cuerpos
celestes, llamado planeta tierra, que se ha convertido en la morada de un fenómeno
diferente que llamamos vida y, de esta vida, la tierra está saturada
abundantemente. La tierra, por lo tanto, viene a ser el habitáculo para esta
realidad superior, la vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Es inevitable preguntarse: ¿es esta
la única vida del cosmos? La ciencia humana lo investiga con esfuerzo y medios
considerables, aunque, hasta ahora, no haya podido llegar a una conclusión
satisfactoria. Parece razonable pensar que la vida sea la razón de la
existencia del cosmos, y que por tanto, que todo él haya sido colonizado o lo
sea, en algún momento, por la vida. Pero, ¿qué es la vida? La ciencia no lo
sabe. La rama llamada biología se dedica exclusivamente al estudio de la vida:
¿cómo y dónde empezó? ¿Qué elementos químicos la componen? ¿Qué condiciones
ambientales la favorecieron? ¿Cómo se comporta? La biología sabe muchas cosas
sobre la vida, como los elementos básicos que componen la célula y, principalmente, se ha descubierto el ADN,
que es el "disco duro" donde se contiene toda la información
necesaria para construir formalmente cada ser vivo concreto, desde un microbio
hasta el hombre pensante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Sí, la ciencia ha ampliado enormemente los
conocimientos sobre la vida, pero, ¿en qué consiste exactamente el
"aliento de vida"? Ni la más mínima idea. Se ha intentado producir
vida en el laboratorio, han mezclado los elementos básicos que la componen, se
han aislado "in vitro", se ha sometido la prueba a la temperatura
supuestamente óptima a descargas eléctricas similares a las de las tormentas
primordiales, y no se ha obtenido nada más que un compuesto fangoso donde
aparecen algunos de los elementos que entran en los seres vivos, pero no había
vida.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> ¿Por qué, pues, la vida, tan
misteriosa para el conocimiento humano, resulta ser tan extendida sobre la
tierra, y quizás en todo el universo; tan variada, tan bella, tan fuerte, tan
terca, tan intrigante? ¿Se habrá reservado el dominio de ella para sí mismo
aquel que es la Fuente de la vida, tal como se ha reservado también el don de
la existencia aquel que es esencialmente Existente? ¿O tal vez la vida ha surgido espontáneamente
por casualidad? Esta secuencia, según los sabios, tendría sólo millones de
veces una mil millonésima oportunidad. Y si la vida existe en miles o millones
de planetas, en cada lugar se habría producido aquella casualidad casi
imposible. ¿No sería ésta una explicación demasiado forzada del origen de la
vida? En todo caso quedaría aún el misterio sobre qué es esencialmente la vida.
¿Es sólo la combinación adecuada de materia y energía, o estos elementos no son
otra cosa que el apoyo misterioso de algo inexplicable, casi espiritual en
algunas formas de vida y espiritual del todo en otros? Así, pues queda en pie
la pregunta ¿por qué?<o:p></o:p></span></div>
HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-91868459662790877962018-11-12T19:53:00.003+01:002018-11-12T19:53:58.662+01:0091. ¿Por qué? (I)<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> En el caso hipotético de la "nada
absoluta", no tendría lugar esta pregunta. Por una parte, no habría nada
sobre qué preguntar y, por la otra, no habría quien se interrogara sobre nada.
No es el caso. La existencia del cosmos es un hecho, una realidad de
dimensiones inalcanzables. En nuestra galaxia, por ejemplo, dicen que hay
cientos de millones de soles circundados por miles de millones de planetas y satélites. Pero, esta es sólo una de las
cientos de millones de galaxias, y no de las más grandes. Aunque, hay muchos
científicos que suponen la existencia de multitud de universos paralelos distribuidos en magnitudes diversas; universos
que, paralelos o divergentes, formarían parte de una unidad cósmica casi
infinita ligada a un origen y un destino precisos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Y
ahora viene la pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué el todo en vez de la nada? No hay
nada sin una causa eficiente; de otra manera, de la "nada absoluta"
podría salir algo; cosa que aparece del todo absurda al intelecto humano.
Entonces, una de dos: o bien el cosmos es infinito y eterno, sin causa
eficiente y sin final ni destino futuro en sí mismo, que no admitiría ninguna
pregunta; o bien se ha de explicar por una Causa eficiente -infinita y eterna-
que le ha dado la existencia y la ha dotado de un orden -no exento de cierto
caos- y de su destino final.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Parece
que al intelecto imparcial y sin prejuicios de ningún tipo le debe parecer
inmensamente más probable que el cosmos tenga una Causa eficiente. Claramente:
Alguien, a quien no se pueda preguntar ¿por qué?, dotado de una inteligencia ,
una potestad y una libertad sin límites; que Alguien, preexistente desde
siempre, haya llamado a participar de su existencia, de sus cualidades y de su
vida, a todo aquello que conocemos y a todo lo otro que nuestro conocimiento no
puede abarcar, pero que presentimos como realmente existente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> La
principal razón de decantarnos por la Causa eficiente, es la intencionalidad
que parece aparecer en la creación: todo lo que existe parece haber sido
diseñado y ejecutado poderosa y sabiamente. Como por ejemplo: todas las
generaciones humanas, desde miles y miles de años, han visto las constelaciones
celestes conservando la misma forma y situadas en el mismo lugar. Por más que
están sujetos a movimientos muy y muy rápidos, tanto de rotación como de
traslación, tanto los cuerpos individuales como los sistemas y las mismas
constelaciones, los complejos galácticos y la totalidad del universo, aunque
estén incluidos en una danza cósmica impresionante, siempre han ocupado el
mismo lugar en medio del conjunto. Si los cuerpos celestes no se mantuvieran en
el mismo sitio y no guardaran un orden establecido, se produciría el caos
total. </span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"> Si
la tierra, por ejemplo, no guardara la distancia correcta alrededor del sol, se
volvería imposible la vida. Si la luna fuera más grande o más pequeña o no
guardara su distancia respecto de la tierra, ésta se vería afectada gravemente.
Hablando de la tierra, sabemos que ésta se mueve alrededor de su eje imaginario,
dando vueltas como una peonza, a una velocidad de 1.666 km / h, y que su
velocidad alrededor del sol es de 106.200 Km / h, lo que marca un año solar.
Este orden estable por tiempo indefinido, hace pensar en una ley física sabiamente
establecida por una inteligencia
trascendente, la sabiduría divina cósmica de un Dios personal, poderoso también
al infinito. </span>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-38947565965734654782018-10-22T19:33:00.001+02:002018-10-22T19:37:29.766+02:0090. El Pan que es vida en el Espíritu<span style="background: whitesmoke;"> Después de que Jesús hubiera dicho a sus
oyentes que él era el pan bajado del cielo, y que les daría su carne a comer y
su sangre como bebida, imperó la
confusión entre ellos y se pusieron a murmurar. Ante la situación, Jesús
decidió explicar más profundamente el sentido de sus palabras y les dijo:
<< El Espíritu es el que da la vida. La carne no sirve de nada. Las
palabras que os digo son espíritu y vida >> (Jn 6,63).<o:p></o:p></span><br />
<span style="background: whitesmoke;"> La explicación no sirvió de nada: <<
Después de ese momento muchos de los que le habían seguido hasta entonces, le
abandonaron y ya no andaban con él >> (Jn 6,66). Pedro y los demás
tampoco lo entendieron: << ¿Señor, a quién iremos?>>. Pero hicieron
una confesión de fe: << Nosotros hemos creído y sabemos que eres el santo
de Dios >> (Jn 6, 69). <o:p></o:p></span><br />
<span style="background: whitesmoke;"> El
discurso de Jesús en este pasaje evangélico, lejos de tener un sentido
antropófago, es una oferta de comunión real en el Espíritu con todos los que le
conocen y creen en él. Las expresiones "carne", "sangre",
"pan", tienen la fuerza de signo sacramental, y las otras, como
"comida" y "beber", quieren poner de manifiesto la
intimidad y la intensidad de la comunión que él propone a los suyos. <o:p></o:p></span><br />
<span style="background: whitesmoke;"> Para
salir al paso del escándalo que lleva a la duda y al abandono, Jesús deja bien
claro que "el Espíritu es el que da la vida". "La carne no sirve
de nada". Y añade: << Las palabras que os digo son espíritu y vida
>> (Jn 6, 63). Quiere que se entienda que ha hablado de un misterio de
amor en el Espíritu, sirviéndose de un lenguaje analógico. ¿Cómo podemos
aceptar y vivir nosotros este misterio? En el Espíritu, ciertamente. Una
realidad misteriosa que comienza con la aceptación incondicional de su persona
y en el acto de fe indispensable, que abre el camino a la caridad y al
compromiso de una vida, que tiende a asimilarse cada vez mejor con la vida y el
mesianismo de Jesús. <o:p></o:p></span><br />
<br />
<span style="background: whitesmoke;"> En
este contexto, la comunión eucarística es el momento álgido, específico, donde
Cristo resucitado, cumpliendo su promesa, se hace realmente presente bajo los
signos del pan y del vino en el contexto de la celebración comunitaria. Para
nosotros es el momento privilegiado para renovar, afianzar y hacer efectiva nuestra
opción por Él y por el Reino. Es el momento inexcusable de evaluar la calidad
de nuestro amor y nuestra donación. Tenemos el peligro de convertir la
Eucaristía en un objeto mágico, y la comunión en un acto esporádico, sin casi
influencia en nuestra vida real, en nuestro comportamiento ante Dios y el
próximo. Sería resultado de una lectura groseramente literal de estas palabras:
<< El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna >> (Jn
6, 54)</span><o:p></o:p>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-47879436618164989002018-10-15T17:24:00.001+02:002018-10-15T17:24:15.806+02:00889. El sufrimiento del Hijo del hombre y nuestro <span style="background: whitesmoke;"> Leemos en el Evangelio de Lucas (Lc 8,31):
<< Entonces empezó a enseñar diciendo: “Es necesario que el Hijo del
hombre sufra mucho. Los notables, los principales sacerdotes y los maestros de
la ley le han de rechazar, debe ser muerto y al cabo de tres días resucitará>>.
A Pedro y a los demás les debía pasar como nos pasa a nosotros ante la
incomprensión, el rechazo y el sufrimiento: ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? ¿Por
qué esta prueba precisamente? <o:p></o:p></span><br />
<span style="background: whitesmoke;"> No nos sorprende nada que a Pedro le
pareciera descabellado que también Jesús se sometiera al sufrimiento,
convencido como estaba de que podía evitarlo perfectamente. Pero Jesús es
hombre verdadero y eso lo explica todo. ¿Cómo podía esquivar la cuota
correspondiente de penalidad que forma parte inevitable de toda vida humana?
Jesús, sin embargo, no magnifica el dolor ni se muestra masoquista en ningún
momento. Sí que da a entender que, después de emplear todos los medios para
superarlo, se dan circunstancias en que será del todo imposible; y entonces es
cuando él y todo hombre tendrá que buscar recursos para asumir positivamente. <o:p></o:p></span><br />
<span style="background: whitesmoke;"> De
esta sabiduría él es el maestro; por ello invita a todos a seguirlo, negándose
a sí mismo y tomando su cruz. Podríamos decir que la abnegación y el
sufrimiento ordinarios -más aún los que se dan en situaciones extremas- son la
piedra de toque para saber si nuestra vida se encamina a la plenitud o se va
perdiendo poco a poco. << Quien quiera salvar su vida la perderá, pero el
que la pierda por mí y por el Evangelio, la salvará >> (Mc 8,35). <o:p></o:p></span><br />
<br />
<span style="background: whitesmoke;"> Corremos
el riesgo de querer salvar la propia vida economizándola con mezquindad, guardándola
para nosotros solos. Así nos ahorraremos esfuerzos que conllevan sufrimiento, y
la vida nos durará más, pensamos. De este modo, por el contrario, se consigue
el resulta inverso a lo que nos habíamos propuesto, porque la vida guardada
celosamente en solitario, se seca y se muere, mientras que si se gasta dándose,
se perpetúa y se multiplica. Es este gastarse para la vida, el hecho de darse,
lo que produce cansancio y dolor; un dolor positivo y fecundo que germina y
florece en nueva vida, tal como lo hizo Jesús, que resucitó al tercer día, y
como lo prometió a sus seguidores, diciendo: << Quien la pierda por mí y
por el Evangelio -es decir por Dios y por su proyecto de amor- la salvará >>. En la vida de Jesús y en
su mensaje encontramos sentido al sufrimiento normal y también a los más graves
y absurdos momentos de dolor insuperable que la vida nos pueda presentar:
sufrimos y morimos para la resurrección, como lo hizo el mismo Jesús.</span><o:p></o:p>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-83021695247056077822018-10-08T19:55:00.003+02:002018-10-08T19:55:49.710+02:0088. Encontrar Dios, verlo y escucharlo <span class="tlid-translationtranslation"> Hoy quisiera comentar unos versos de Hans Denk que, al caer en mis
manos, me afectaron con fuerza. Dicen así: "Oh, Dios mío (...). Los
hombres huyen de ti, y dicen que no te pueden encontrar. Te dan la espalda Y
dicen que no te pueden ver; hacen el sordo y dicen que no te pueden sentir".
Y me pregunto: ¿desde cuando muchos hombres huyen de Dios? ¿Quizás desde que el
hombre bíblico se quería hacer Dios y no lo logró? Y me vuelvo a preguntar:
¿Cuáles son ahora los hombres que dan la espalda a Dios? ¿Son, acaso aquellos
que mantienen tercamente aún la manía de hacerse dioses y tampoco lo consiguen?
Por último me pregunto: ¿Por qué ahora o antes hay personas que huyen de Dios o
le dan la espalda o le hacen el sordo? ¿Es tal vez porque se lo imaginan como
un rival imposible de ganar y prefieren ignorarlo que no confrontarse con él
cara a cara? Si fuera así, aquellas personas habrían equivocado de adversario,
como le pasó a Don Quijote con los molinos de viento. Un adversario fantástico,
imaginario que nunca ha existido. <o:p></o:p></span><br />
<span class="tlid-translationtranslation"> Cuando el razonamiento
de alguien -sea quien sea- va en la dirección de un dios adversario o sólo
competidor del hombre, no va a la zaga del Dios que es, sino al encuentro de
los molinos de viento, los dioses horribles creados por la fantasiosa imaginación
del hombre. Os acordáis de Gagarin, el primer hombre del espacio, que no vio a
Dios en ninguna parte y sentenció: "No hay Dios, yo no lo he visto en
ninguna parte"? Lo que nunca dijo Gagarin es que llevaba la nave llena de
prejuicios, que se consideraba un héroe y que no le convenía la presencia de
nadie que le pudiera hacer la más pequeña sombra. <o:p></o:p></span><br />
<br />
<span class="tlid-translationtranslation"> Os acordáis de
San Francisco de Asís que veía a Dios por todas partes: en las flores, los
pájaros, en las fieras como los leones y los lobos? Dos posturas diametralmente
opuestas, dos resultados dramáticamente contrarios. Dos estilos de vivir, de
mirar, de escuchar, de ser. Dos resultados diferentes como de la noche al día.
San Francisco da luz todavía para infinidad de espíritus despiertos y
hambrientos de verdad y de bien, y Gagarin, relegado a las páginas de las
Enciclopedias como el primer hombre que fue al espacio, ineficaz, en cuanto a despertar
simpatías y agradecimientos por su personal aportación a la seguridad
espiritual y a la felicidad de ninguno de los humanos.</span><o:p></o:p>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-64372521614186100132018-10-01T19:44:00.001+02:002018-11-20T12:38:47.612+01:0087. Caminos de oración (y III) <div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD">Todo el que se siente
llamado a una vida de oración, en algún momento, se encuentra desamparado, como
si estuviera delante de un cruce con muchas direcciones para elegir, o, aún
peor, cuando parece que un muro impenetrable le impidiera acceder a la deseada
relación con Dios. Hay una salida de esta prueba angustiosa: el recurso a
"la lección divina", que significa acudir a la lectura de textos
espirituales llenos de sabiduría y rebosantes de experiencia en la vida de
oración, como serían los escritos de los santos padres y de otros autores,
maestros espirituales. Aquí recomendaríamos las Confesiones de San Agustín, los
escritos de san Buenaventura, los escritos de san Gregorio de Nisa, los de San
Juan de la Cruz o los de santa Teresa de Ávila y Santa Teresa de Lixeux, etc. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD"> Por encima de todo, pero, tenemos la Biblia que es, sin
duda, la Enciclopedia de una verdadera vida de oración. Los Salmos, los Libros
sapienciales, los Profetas, el Deuteronomio, algunos libros históricos y todo
el Nuevo Testamento, son una verdadera escuela de oración, fruto de la
experiencia secular de tantas personas que han vivido a fondo su relación
orante con Dios. La lectura de la Biblia, sin embargo, conlleva una dificultad
difícil de superar. Nos encontramos ante tanta y tan variada materia, que
cuesta discernir y concretar lo que a cada uno le conviene en un momento
determinado. Es como encontrarse en medio de una selva inmensa, donde uno no
sabe cuál es el mejor camino y cuáles son las salidas adecuadas. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD"> La Iglesia, que es una comunidad orante, ha resuelto,
desde tiempos antiguos, por medio de la Liturgia, la aproximación de la Biblia
al alcance del pueblo cristiano. Los libros litúrgicos vienen a ser como el
néctar de toda la Biblia en el ámbito de la oración. En la Liturgia tenemos el
Misal, los Leccionarios, la Liturgia de las Horas, los Rituales sacramentales e,
incluso, un Ritual de Bendiciones. Estos libros contienen, de manera
comprensible y apropiada en cada momento y situación, todo el arsenal de vida
orante que contiene la Biblia. La selección de los textos ha sido realizada, en
el transcurso de los siglos, por manos de expertos biblistas y de personas
acostumbradas a la vida de oración. <o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD"> En la Liturgia de las Horas, al alcance de todos, por
ejemplo, que se nutre principalmente de Salmos, antífonas, responsorios y
oraciones, se nos ofrecen oraciones de petición, de alabanza a Dios, de adoración,
de conversión personal, de penitencia, de fidelidad a la voluntad de Dios, de
contemplación, de abandono total al Señor, de amor incondicional. Siempre que
no nos conformamos sólo a "leer el Breviario". Necesitamos prestar,
además, atención a la lectura, voluntad orante y apertura de corazón a la
interpelación que se producirá con
ocasión de un pasaje, de un versículo o de una palabra. Estas mismas
disposiciones nos han de acompañar cuando asistimos a la celebración de la
Santa Misa, a fin de encontrarnos bien y de salir mejorados.</span></span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></div>
HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-25490523539870854852018-09-25T17:28:00.002+02:002018-09-25T17:32:04.987+02:0086. Caminos de oración (II)<div class="MsoNormal">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> En cualquier
modelo de oración que usemos, los objetivos básicos que nos proponemos son: la
acogida, la presencia, la mutua relación, la unión de amor y la donación
personal. Por lo tanto:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> a) Acogida. La savia de vida que viene de la
Fuente circula indefectiblemente por toda la creación. En todo momento y
circunstancia, podemos tener sed de Dios y acoger con deseo su manantial de
vida para abrevarnos espiritualmente. Y esto es oración. </span></span><br />
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> b) Presencia. Dios siempre nos está
presente. Cuando hablamos de ponernos en
presencia de Dios, queremos decir: tomar conciencia de que ya estamos en
ella. Nosotros, sin embargo, nos ausentamos habitualmente y no recibimos su
calor. En cualquier momento y circunstancia podemos sintonizar con aquella
divina presencia, y eso es oración. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> c) Mutua
relación. Dios es comunicativo por naturaleza. Se manifiesta y se da sin
interrupción, directamente a las conciencias y también mediante multiformes
causas segundas. En cualquier momento y circunstancia, podemos guardar silencio
y escuchar su mensaje. Bien directamente por su toque interior, bien leyendo en
el libro de la creación la magnitud insondable de la grandeza de Dios. y esto
es oración. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> d) La
unión de amor. Dios es amor. Por eso llegar a Dios no es obra de la inteligencia,
sino del corazón. Lo máximo que puede hacer la
inteligencia respecto del acercamiento a Dios, es someterse por la fe.
El corazón, en cambio, le puede alcanzar directamente. Dios no puede ser
conocido, pero sí amado. Y amar a Dios es oración, la mejor oración. Amar a
Dios puede ser el ejercicio habitual de todo creyente; cuando, de hecho, ocurre
lo contrario en nuestra vida estresante: nos dedicamos a hacer cosas y más
cosas para Dios y no queremos perder tiempo (!) en amarlo. Amar a Dios puede
ser un ejercicio espontáneo en medio de las ocupaciones ordinarias. Puede ser
también una opción específica, como sería dedicar un tiempo en soledad al
silencio activo y receptivo. Un tiempo para amar a Dios tal como él es, por sí
mismo, sin saber muy bien cómo es, porque permanece escondido dentro "la
nube del no saber". <o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> e) La
donación. Cuando el amor es de verdad, se sigue necesariamente la donación de
sí mismo a la persona amada, porque la donación es el fruto del amor. Si
queremos hacer una buena evaluación de nuestra vida de oración, debemos
examinar el estado de nuestra donación al Amado. La verdadera oración lleva al
amor, y el amor a la donación de sí. En la oración la cantidad no cuenta mucho,
puesto que, si la calidad es buena, tiñe toda la vida, haciendo realidad la
recomendación bíblica de orar siempre, sin interrupción.</span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "arial";"><o:p></o:p></span></div>
HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-20831769196230445442018-09-19T17:16:00.001+02:002018-09-19T17:16:32.097+02:0085. caminos de oración <div class="MsoNormal">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> La oración es relación entre personas. Es comunicación y
contacto confiado, a causa de algún vínculo de conocimiento, de interés mutuo,
de amistad o de pertenencia. La relación entre humanos se establece a nivel
sensible, utilizando los medios normales de comunicación, como son: el
lenguaje, la escritura, el trato, la mirada, la expresión del rostro, la mímica,
la compañía silenciosa. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Todos
estos medios nos pueden servir también para nuestra relación con Dios. En este caso lo llamamos oración. Esta reflexión nos
puede avanzar una idea de cómo debería ser nuestra relación con el Señor. Nos
podemos proponer los mismos objetivos y utilizar los mismos medios, en la
oración, que los que usamos con éxito en las relaciones humanas, trasladados,
evidentemente, a nivel de fe. Antes, quizás, deberíamos depurar los clichés
rudimentarios que, sin ser falsos, empobrecen el concepto y la práctica de la
oración para mucha gente. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Para
muchos la oración es, básicamente, pedir, mendigar, hacerse el mendigo ante
quien todo lo puede y que sabemos que nos quiere ayudar. Se puede hacer esto,
sin quedarnos en ello. En este sentido, los maestros espirituales hablan de los
principiantes. Esta oración es útil cuando creemos que el Señor sabe lo que
necesitamos y nos ayuda con providencia generosa; cuando aceptamos que nuestra
oración no debe pretender convencer Dios para hacerle cambiar los caminos de su
providencia; cuando tomamos conciencia de que lo que hace la oración es preparar
nuestra disposición para poder recibir lo que Dios nos quiere dar. <o:p></o:p></span></span></div>
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777; font-size: 12pt;"> Resumiendo: la oración
de petición -como también toda otra oración- nos cambia a nosotros, no la
disposición de Dios y, mejorada nuestra condición, estamos listos para recibir
lo que Dios ya nos había dado. San Juan de la Cruz dice que Dios ya nos lo ha
dado todo en su Hijo. Santa Teresa escribe que "oración es tratar de
amistad con quien sabemos que nos ama". El sentido de este dicho va más
allá de la recitación de oraciones aprendidas de memoria y de la oración de
petición. Para tratar de algo con alguien hay que estar con él. Estar con el
Señor. He aquí una buena definición de oración. Estar, que no quiere decir:
hablar, ni pensar, ni leer, ni meditar, ni dar vueltas a nuestra vida pasada
con nuestros pecados, ni recordar (por ejemplo la Pasión de Cristo), o los
ejemplos de los santos. Simplemente estar, que es silencio activo a la
presencia de Dios. Esta actitud coincide con aquella recomendación de San Juan
de la Cruz: "Tenga advertencia amorosa en Dios".</span></span>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-40017273582283645482018-09-13T17:27:00.002+02:002018-09-13T17:29:55.506+02:00 84. La Voz de la esperanza <div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke; vertical-align: top;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Ahora,
como en tiempo de los profetas, es patente la necesidad de salvación de la
humanidad entera y del hombre en concreto. La situación precaria acompañada de
graves carencias y causada por agresión externa o por insuficiencia interior,
desde las catástrofes naturales, pasando por las enfermedades y el hambre,
hasta parar a la ruina del mal moral y la traumática y persistente falta de
sentido, que sufren personas, pueblos y culturas, pone de relieve la necesidad
urgente de ser salvados desde fuera, por alguien que tenga poder sobre las
causas externas y las personales, y que quiera llevar a cabo un proyecto exitoso
que acabe dando sentido y plenitud a todo el proceso histórico de la creación. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke; vertical-align: top;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Leemos en Isaías (Is 35, 4):
<< Aquí está vuestro Dios. (...) Es él mismo quien viene a salvaros
>>. Este mensaje del profeta fue repetido y confirmado con palabras y
obras para la misión de Jesús. Es este el sentido de su predilección por los
pobres y sufrientes, expresado en las bienaventuranzas, en el sermón de la
montaña y en la actitud constante del Maestro; más concretamente en sus signos
milagrosos: << Los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos andan y los
pobres son evangelizados. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke; vertical-align: top;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> Los hechos esporádicos de curaciones
y resurrecciones tienen por objeto ilustrar y confirmar el proyecto global
salvífico, que no tendrá lugar en la presente condición terrenal -tiempo de
paso y de purificación, - y esclarecen el horizonte hacia donde caminamos, con
la tenue pero segura claridad de la esperanza.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke; vertical-align: top;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"> El mensaje de los profetas, y de
Jesús muy particularmente, alivia el estado precario presente y su pesadez, dando
sentido al presente como itinerario hacia el futuro definitivo, cuyas puertas
nos abre de par en par. Todavía no hemos llegado a la meta pero hacemos camino;
aún no se ha revelado lo que seremos, pero se puede vislumbrar. La marcha es larga y el fardo que llevamos
pesado, si bien tenemos claro el término y el resplandor de su belleza nos
tiene fascinados; por eso sentimos aligerado el peso de los dolores y de las
carencias presentes. Los cristianos creemos firmemente que culminará, en el
tiempo debido, la liberación de cualquier carencia y dolor; aunque no sabemos
bien cómo será. Pero tenemos una primicia y un modelo en la resurrección y la
glorificación de Jesús, después de una peregrinación salpicada como el nuestro,
de carencias y dolores.</span></span><span lang="ES-TRAD" style="color: #777777;"><o:p></o:p></span></div>
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<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD"> Nuestro interior, el espíritu, el alma, o como
queramos llamarlo, es un ser de luz, que se manifiesta por su capacidad de
entender el qué y el porqué de las cosas, de relacionarlas entre ellas, razonando,
de descubrir el hilo conductor que lo liga todo y lo conduce a la unidad. Por
esta vía cognoscitiva, nuestro ser profundo avanza hacia el descubrimiento de
la verdad, haciendo una tarea de discernimiento entre ella y su contrario, el
error.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke; vertical-align: top;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD"> Todo nos sería más
llano -estamos tentados de afirmar- si
nuestro núcleo no estuviera envuelto por la opacidad de la materia; porque no
hay duda de que toda la información que recibe nuestro espíritu -el sólo
material con que puede trabajar- le llega de los sentidos corporales que, en
sus órganos receptores, son puramente materiales; razón por la que nuestro
laboratorio interior tiene una urgente y delicada tarea de transformar en luz
intelectual y espiritual lo que le llega como estrictamente material. Conocer, experimentar y aceptar positivamente
aquel envoltorio tenebroso, crea las mejores condiciones para el discernimiento
y la selección de todos los fragmentos de verdad que recibimos de parte de la
materia. Lo compararíamos con el horno, que separa el oro de la escoria en la
que estaba escondido. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke; vertical-align: top;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD"> El ser de luz que somos pone en contraste el brillo de la
verdad con la oscuridad del error. Por otra parte, no es que la materia sea
mentira, no. Es, diríamos, una verdad estática, casi muerta, que no brilla por
sí misma, sino por el sentido y la relación que le transmite el ser, pensando.
Como los cuerpos celestes opacos, que brillan por la luz que les es dada de
fuera.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: whitesmoke; vertical-align: top;">
<span class="tlid-translationtranslation"><span lang="ES-TRAD"> Esto hace que la criatura inteligente se convierta en el
alma de la materia de todo el universo, en la luz que ilumina las tinieblas del cosmos material, el
sentido y la verdad profunda de toda la creación. Aunque, el creyente acepta
que su pequeña luz interior es sólo una chispa de la infinita sabiduría de
Dios, y que potencia nuestra pequeña luz con la presencia de su Iluminación infinita.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"> El rol más importante de la vida
pública de Jesús lo constituye su relación interpersonal positiva. Jesús se
vive a sí mismo en relación. Antes que con nadie, con el Padre, en estado de
oración permanente. En otro nivel, con la gente que se cruzó en su vida. En
este último caso, vivió una relación de comprensión y ayuda sin discriminación.
Sin embargo, con una marcada preferencia por los necesitados a cualquier nivel,
tanto en lo físico como en el moral y espiritual.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Llegado el tiempo de su partida, no
queriendo abandonar a los suyos- << estaré con vosotros siempre, hasta el
fin del mundo >> - les presentó su designio de presencia sacramental (Jn
6), que hizo realidad a la hora de la cena de despedida. Como su presencia pospascual
sería imperceptible a la condición terrenal humana, se hacía necesario
establecer un signo visible y tangible de su presencia; al menos, en momentos
determinados que, por su misteriosa intensidad, nos darían la garantía
suficiente de su presencia sin interrupción. El pan y el vino de la Eucaristía
se convierten así en el signo de la presencia real y redentora de Jesús y de su
comunión con nosotros, al tiempo que nos mueven a tomar, por nuestra parte, una
actitud de comunión con él y con los hermanos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Comunión significa llevar la
comunicación -en este caso con Jesús- a su más alto nivel, sin restricciones ni
condiciones. Cabe decir: así como Jesús nos toma a nosotros y todo lo nuestro
como cosa suya, y se nos da él mismo con toda su infinita riqueza, de igual
manera, si queremos realmente que haya comunión, debemos dar plenamente a él
con todo lo nuestro, para que llegamos a ser del todo suyos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> La auténtica comunión nos debe mover
a la conversión constante, en el sentido de cambiar nuestra manera demasiado
terrenal de pensar, sentir, amar, privilegiar valores, adoptar actitudes y
elegir el estilo de vida; para que todo nuestro mundo interior y aun nuestro
talante habitual, se parezcan lo más posible, a los de Jesús.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Para que haya comunión no basta
comer el pan materialmente. Esto ya lo habían hecho nuestros padres en el
desierto, y murieron. Pero, si tomamos la Eucaristía comulgando de verdad
interiormente con Jesús, viviremos para siempre, porque ese proceso transforma
completamente nuestra vida: la deifica, cristificándola << Los que coman este pan vivirá para
siempre >>. (Jn 6, 58)<o:p></o:p></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"> La Asunción vivía sola porque se
había quedado viuda y no tenía hijos. La soledad le era engorrosa y pesada.
Ella, que toda la vida se había distinguido por un carácter jovial y
comunicativo, ahora se encontraba desamparada, como un islote en medio del
océano. Tuvo que hacer grandes esfuerzos para reconciliarse con la nueva
situación y no se perdía ninguna ocasión para salir y comunicarse; y cuando no
podía más, el teléfono le servía de salvavidas. Como sea que tenía el recurso
de la fe, fue aprendiendo, a duras penas, que su soledad era más aparente que
real. Su interior -pensaba a veces- podía ser un lugar de encuentro
maravilloso. Como si dijéramos: un punto de cita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> En ningún momento dejó de mantener
sus relaciones habituales, aunque aprendió a relativizar su importancia. Dicho
y hecho, las relaciones, diríamos rutinarias, eran necesariamente esporádicas
y, a menudo, superficiales. Verdaderamente, la necesidad compulsiva de
compañerismo ¿no era una excusa disimulada para no encontrarse cara a cara con
una realidad más profunda, que podía tener lugar en su interior?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Asunción era una mujer espabilada y
había recibido, de jovencita, una buena formación incluso cristiana, aunque
envuelta en una atmósfera de temor; cosa que le hacía difícil poderse sentir
acompañada amistosamente por la presencia de Dios. Ahora tenía mucho tiempo
libre, y la televisión -que apagaba cada día a una hora establecida, para rezar
devotamente el Rosario- le acababa resultando insoportable. A veces, enfadada y
decepcionada, apagaba de repente la pequeña pantalla, hasta la hora del
telediario preferido.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Durante aquellos espacios largos de
silencio, solía leer los escritos autobiográficos de Santa Teresa de Lisieux y,
algunas veces, se atrevía a leer, sin mucho entusiasmo, fragmentos del Cántico
Espiritual de San Juan de la Cruz. Poco a poco encontró gusto y se decidió a
leerlo seguidamente. Marcaba con lápiz el punto donde se había detenido y allí
seguía en otro momento. Su lectura era sumamente reposada, lo que aprovechaba
para bajar a su interior, y comparar las experiencias del Santo o de Santa
Teresita con ella misma y su estado de ánimo. Entendió pronto que la más
excelente vía de comunicación con Dios -por no decir la única- es el amor, y
que, de amar, ella era perfectamente capaz. Como el amor entre dos requiere un
cierto aislamiento de cosas y personas, dio gracias a Dios por su situación de
soledad. Sin ella nunca habría tenido la oportunidad de unas vivencias nuevas
que empezaban a brotar tímidamente en la profundidad de su corazón, provocando
un cambio radical de su escala de valores y de su manera de ser.<o:p></o:p></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"> Excelsa, Eminente, Óptima entre
todas las mujeres y también entre la humanidad entera, fuera de su Hijo divino.
Bendita y Llena de gracia; segunda en todo después de Jesús.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> De acuerdo con la explicación de San
Lucas, ella era consciente de su grandeza excepcional y sabía la razón:
<< Todas las naciones me felicitarán, porque ha hecho en mí maravillas
... Porque ha mirado la humildad de su esclava >>.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Así pues, toda grandeza, - más
especialmente la humana- viene de Dios- ¿Hay algo grande fuera de Dios y de lo
que él ha querido engrandecer? La grandeza, la excelencia, se producen por la
proximidad y la acción de Dios sobre una criatura. La grandeza tiene lugar
cuando se comunica Dios, infinitamente grande, allí donde es esperado y
deseado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Por lo que sabemos de María, ella
permaneció abierta y receptiva, predispuesta y deseosa, con conciencia plena de
pobreza y necesidad. Debido a esto, se dieron en ella todas las condiciones,
para que el Dios generoso y comunicativo por naturaleza se le acercara y la
llenara de gracia. He aquí la grandeza única de María, cumplida con
sobrenatural espontaneidad. Como la corola los pétalos y el cáliz de una flor
abierta, son refrescados por la humedad del rocío matinal y calentados
amorosamente por el rayo del sol diurno.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Toda la gama de misterios marianos
que veneramos son efluvios expresivos de la presencia transformadora y fecunda
de Dios en ella: << Las obras de su brazo ... Ensalza los humildes ...
colma de bienes a los pobres >>.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> En esto, María es nuestra estrella
de la mañana, la estrella polar: punto eficaz de orientación. Nos es posible,
por este modelo, simplificar al máximo nuestro proyecto espiritual. No podemos
aspirar a ningún otro progreso espiritual, a otra grandeza interior, que no sea
la que nos vendrá de Dios. Desprendámonos de toda esperanza de santidad
procedente del propio esfuerzo en dirección ascética y moral. El esfuerzo
personal y el ascetismo nos harán falta, sólo, para asumir de buena gana
nuestra pobreza real, y para abrirnos a Dios con el deseo ardiente y la
esperanza cierta de su presencia. Si fuéramos un capullo cerrado sobre sí mismo,
encantado con su interior belleza, por más que cayera sobre nosotros la
frescura del rocío o el calorcito del sol divino, nada entraría en nuestra gema
floral: ninguna excelencia, ninguna grandeza , ninguna maravilla.</span></div>
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<span lang="ES-TRAD"> El grupo de científicos, explorador
de un objetivo concreto, camina penosa-mente por el desierto, después de que los
vehículos de motor han sido incapaces de remontar las dunas imponentes que
entrecruzan el horizonte en todas direcciones. El objetivo está cerca y lo pueden
terminar de alcanzar a pie -creen. El desierto es un espectáculo bellísimo y
dramático a la vez que alucinante y traidor. Un desvío de pocos grados propiciado
por el entrecruzando de las dunas, puede llevar a los expedicionarios a un
error fatal que los aleja del objetivo, tanto como de los vehículos de
aprovisionamiento, y llevarlos a una situación peligrosa. No es fiable
cualquier señal, por verosímil que aparezca a primera vista. Se deberá
comprobar utilizando la brújula y con el más estricto rigor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> El símil propuesto me plantea una
situación más trascendental y aún más punzante. Navegando por el tercer
milenio, buena parte de la humanidad ha decidido aparcar los valores que han
servido de vehículos, más o menos seguros, a innumerables generaciones. Ahora,
muchos piensan que están a punto de alcanzar el objetivo deseado: el sentido y
la realización integral. Para ello se han librado de todo fardo -que les ha
parecido obsoleto y superfluo- y se han provisto de equipajes nuevos y
funcionales, creyendo de buena fe, que irán más sueltos y ligeros para llegar
al objetivo deseado. Los valores trascendentes y morales les han parecido
demasiado pesados y restrictivos, y los han sustituido por el deporte, la
fiesta, la ciencia, la cultura, la política, el relativismo absoluto y la
libertad sin restricciones de ningún tipo. Digámoslo claramente, por el
libertinaje. En tales condiciones, el hombre sólo y la humanidad entera, se
puede desorientar respecto de su realización y perderse desgraciadamente, en
cuanto al regreso a las seguridades arrinconadas. Se puede encontrar que no
sepa donde va ni de donde viene, que se le acaben las provisiones de
iluminación, ilusión y esperanza, como
ya empieza a pasar. Los síntomas son: abandono sin lucha a una muerte
anunciada, debido a la droga y la incapacidad deplorable para volver atrás y
buscar caminos alternativos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> No está, sin embargo, todo perdido.
El extremo que hemos descrito, aunque socialmente alarmante, afecta a una
minoría. El grueso de la sociedad sigue aquellos pasos de lejos, con riesgo
pero, de caer en la fosa. A la mayoría le resta la cordura y la sensibilidad
suficiente para escuchar la propuesta de Jesús: << Si supieras el don de
Dios y quién es el que te dice "Dame agua", tú le habrías pedido, y
él t 'habría dado agua viva (...) El agua que yo le daré se convertirá en él en
fuente de agua que salta hasta la vida eterna >>. La vida eterna es el
sentido pleno y la plena realización personal, ahora y para siempre, a la
presencia del Señor y con su ayuda gratuita.<o:p></o:p></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"> ¿Por qué nos cerramos en nuestro
mundo? Nuestra salud, nuestro éxito, nuestros bienes, nuestra felicidad. Yo, yo
y siempre yo. Además, cuando pensamos en el otro, ¿no es, quizá, para
seducirlo, dominarlo o criticarlo? Cuando reducimos el ámbito de interés en
nosotros mismos, nos encontramos a nosotros mismos y nos decepcionamos; vemos
empequeñecer el horizonte, como si hubiéramos caído en un pozo o como si nos
encontráramos en medio de un valle estrecho que nos oprime, Podríamos decir que
el individuo, solo, aunque tenga un cierto sentido, ello no le basta; es como
un árbol solo en medio de la estepa, sin compañerismo, sin apoyo, sin polinización: como daño mínimo, condenado a la
esterilidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Vemos la lección de la naturaleza:
el hayedo, el pinar, la aliseda,; el rebaño de cebras, la familia de elefantes y leones.
Todo, en el mundo viviente, se organiza naturalmente en grupo, de acuerdo con
su nivel de vida o de instintos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> A la familia humana le corresponde
organizarse en comunión libre y solidaria, en comunidad, de acuerdo con sus
facultades superiores; no únicamente a nivel racial, político y social, sino en
la profundidad de comunión personal, que conlleva valoración mutua, respeto,
comunicación, ayuda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Hay un dato desconocido para muchos,
poco asimilado por otros, que hace del todo imprescindible la comunión entre
humanos, si queremos alcanzar nuestra misión y el sentido pleno de nuestras
vidas: el hombre inteligente y libre - y
los extraterrestres, si existen- han de saberse la conciencia del cosmos. El
universo no sabe nada de sí mismo, ni de su origen, naturaleza, leyes que lo
gobiernan, ni de su finalidad y destino. Es el ser inteligente y libre, como
tal, quien añade alma y sentido a toda la creación. Somos nosotros quienes podemos
conocer el sentido y el destino universal si, antes encontramos nuestro sentido
y destino colectivamente y nos sabemos conciencia de la creación y la ejercemos
comunitariamente. En este caso, la insignificancia individual toma relieve, y
se sublima en la importancia de la colectividad.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> En la base de nuestra investigación
hay una premisa indispensable: el descubrimiento del Otro. Él es el origen, la
ley natural, el sentido, y en él se encuentra la coyuntura de todo. Él es el
Uno y la causa y el lugar de toda unidad.<o:p></o:p></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"> << El amor viene de Dios
>>; exclusivamente de Dios. Nadie más fuera de él, aunque se sea capaz de
amar o de ser amado, es amor. En las criaturas el amor es un predicado, un
adjetivo calificativo, un añadido que puede estar o no. Por el contrario, en
Dios el amor es consustancial, definitivo, esencial. Es pues verdad que el
amor, todo amor, viene de Dios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Quién debe recibir el amor como un
don que viene de fuera, de ninguna manera puede ser amor; lo cual hace
absolutamente cierta esta afirmación de san Juan: << No es que nosotros
hayamos amado a Dios; él ha sido el primero de amarnos >>. Es evidente
que para poder creer esta afirmación necesitamos alguna prueba. La tenemos en el
mismo Juan cuando dice: <En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene:
Dios envió al mundo a su Hijo único >>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Ahora, pues, debemos fijar nuestra
mirada en Jesús, a ver que dice y que hace, porque él es la prueba del amor que
Dios nos tiene. Y él dice: << Yo os ama tal y como el Padre me ama (...)
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. A vosotros
os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre
>>. Por otra parte, lo que hace Jesús es bien conocido: ama a todos,
empezando por los pequeños, marginados y pecadores, hasta causar escándalo en
los puritanos de la época, por su complicidad con los marginados de la sociedad
y de la religión. Todo ello porque su amor también viene de Dios: << Yo os
amo tal y como el Padre me ama>>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">El amor que
viene Dios no es agua estancada, que se pudre, sino agua cristalina que sigue
sin parar un circuito vivificante, como se deduce de esta aseveración de Jesús:
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><< Este
es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado >>.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"> Mirad,
pues, la belleza del itinerario vital del amor: todo amor sale de Dios que es
la Fuente, y pasa por Jesús, su enviado, que nos ama a nosotros con el mismo
amor que recibe del Padre. Si nosotros correspondemos al amor recibido y nos
amamos entre nosotros, por el otro, el amor vuelve a Dios, ya que todo amor al
próximo es amor a Dios. Más brevemente: El Padre ama a Jesús, el cual, a su
vez, nos ama a nosotros; nosotros amamos al próximo y, por él, el amor que ha
venido de Dios, vuelve infaliblemente a Dios.</span>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7481011918978265693.post-58281744334678877282018-04-03T17:26:00.002+02:002018-04-03T17:27:21.139+02:0076. Encuentro personal<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Lo esencial de la vida cristiana
consiste -seguro que todos estamos de acuerdo- en el encuentro personal con
Jesús. Quizás al estilo de la mujer samaritana junto al pozo de Jacob, de Pedro
en el lago de Tiberíades, o de Pablo camino de Damasco. Quién sabe si como
Ignacio de Loyola, como Teresa de Lisieux, o como Teresa de Ávila. En todo
caso, un descubrimiento y un acercamiento personal a Jesús de Nazaret.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Pero ¿con qué Jesús nos encontramos?
Me pregunto si, caso de que Jesús no se hubiera identificado con la bucólica
imagen de pastor, alguien se hubiera atrevido a colgarle esta parábola o ni
siquiera le habría pasado por la cabeza a nadie. ¿No lo habríamos considerado
como una devaluación de la persona de Jesús y su misión? El pastor, aunque esté
revestido de bondad, y no sea despreciado por nadie, no pasa de ser una persona
sin relevancia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Nos hubiera parecido mejor llamarle
caudillo o maestro, rey o líder, juez o consejero. Una parábola con alguno de
estos títulos, nos habría parecido más adecuada y respetuosa. Al fin, son
títulos que se le han atribuido más tarde, algunos de ellos con raíces bíblicas
y otros, fruto del respeto y la piedad.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Sin embargo, como que Jesús quería
inspirar confianza y evitar que le tuviéramos miedo, nos dijo: << Yo soy
el buen pastor (...) Como el Padre me conoce y yo conozco al Padre, yo
reconozco mis ovejas y ellas me reconocen a mí, y doy la vida por ellas>>.
Después de esta confidencia amorosa, casi sentimental, ¿quién es capaz de
pensar con miedo, recelo, duda o sospecha, en la figura de Jesús?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"> Y él sabía muy bien lo que decía: el
primer paso es confiarse a alguien que nos atrae, que vemos claramente que está
con nosotros y nos protege. La primera cosa necesaria, es sentirse amado. Sin
esta atracción previa, no es necesario que nos hablen de obligaciones, que nos
impongan preceptos, que nos amenacen con castigos o nos quieran atraer con
promesas. La razón básica de la misión de Jesús es llevar a los hombres al amor
del Padre, y su intención primera es atraer a los hombres al conocimiento de
aquel amor gratuito y la respuesta amorosa de los hombres al Padre.</span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"> Cuando,
en nuestra misión que llamamos evangelizadora, no somos capaces de ayudar a
producir el encuentro efectivo y confiado entre el hombre y el Padre, en la
persona de Jesús, es un esfuerzo dramáticamente inútil y decepcionante. Quizás
hemos filosofado muy bien, aun es posible que seamos buenos biblistas y
teólogos; con todo, no hemos sabido poner el dedo en la llaga, no hemos sido
capaces de ayudar a dar luz y esperanza y a entregarse al amor.</span>HTTPShttp://www.blogger.com/profile/05957046566801167404noreply@blogger.com0