<< Los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: << Yo soy el pan bajado del cielo >>. Tampoco es demasiado extraña aquella reacción de los judíos: Jesús era un hombre conocido de todos. ¿Cómo podía ser pan? El lenguaje de Jesús no era el normal de la gente que habla casi siempre de cosas terrenas, y empleando unos términos siempre en sentido literal, donde el pan significa pan y el vino significa vino. Jesús, a menudo, habla en parábolas, metafóricamente, y navega en un mundo espiritual y celestial. Su auditorio vive preocupado por el pan de la mesa y Jesús les quiere abrir estimulantes horizontes espirituales.
Sus oyentes son mayoritariamente personas religiosas. Por ello dirige su discurso hacia el Padre, el Dios de Abraham, que ellos conocen: Les dice: << No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día >>. Ahora ya pueden entender que los quiere llevar a un mundo espiritual que conduce a la vida eterna. Para hacer el atajo que les propone, el camino debe ser acercarse a él (Jesús) desde la fe de Abraham: << Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. (...) Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí >>.
Todos los que han descubierto a Jesús, y se adhieren a él por la fe, la confianza y el amor, como compañero de camino hacia el Padre, tienen éxito en su empresa. Lo afirma Jesús rotundamente, cuando dice: << Os lo aseguro: "El que cree tiene vida eterna >>. Ahora, Jesús se ofrece a sí mismo como guía y apoyo, como alimento y bebida, para el itinerario hacia la vida eterna. Siguiendo la metáfora, Jesús afirma: <<Yo soy el pan de vida (...) Este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Comer ese pan significa la adhesión incondicional y definitiva a Jesús por la fe en él, la confianza y el amor, como se expresa y se cumple eminentemente en la Eucaristía, que es comunión con el cuerpo y la sangre de Jesús. Es la donación que él hará de sí mismo en la pasión y la muerte, en miras al triunfo total de la resurrección: << El pan que yo daré es mi carne: para la vida del mundo >>.
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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