¿No estamos cansados de esta vida, la única que conocemos?
Tan pronto es placentera y halagadora, como dolorosa y fastidiosa; a veces se
mueve en la línea del bien y otras cae en un barrizal. Algunas veces se abre a
un horizonte amplio y esperanzador y otros se cierra en un abismo sin salida.
Según como, se nos presenta como deseable para siempre o, de repente,
quisiéramos que se acabara ahora mismo.
En pocas palabras: lo que poseemos es una cata de vida pero no es la Vida.
¿No nos gustaría creer en una
nueva vida y esperarla? Leemos en la carta a los romanos <<Así como Jesucristo fue resucitado de
entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una
vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la
suya, lo estará también en una
resurrección como la suya>>. Empezar a vivir para Dios, lejos del mal (el
pecado) y salir de un egoísmo que nos ahoga, será entrar en una nueva vida.
Entrar en una nueva vida es
algo inaudito: <<Pedro se fue corriendo al sepulcro, se inclinó para
mirar dentro y vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían
cubierto la cabeza y volvió a casa , preguntándose con extrañeza que podía
haber pasado>>. Las mujeres tuvieron más suerte: << ¿Por qué
buscáis entre los muertos al que vive? No está, aquí, ha resucitado>>. La
nueva vida sólo la puede ver y entender aquel que, de alguna manera, ha entrado
en la órbita de la misma vida nueva. Como
le ocurrió al profeta Ezequiel, que vivía anclado en la fe i en la esperanza.
Dice: <<Vi que salía junto al santuario una fuente de agua viva; allí
donde llegue esta agua, todo vivirá>>.
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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