Presentación

Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!

lunes, 2 de junio de 2014

Paráclito (Pentecostés)

            En la Historia de la salvación de la humanidad el Señor se sirve de dos Maestros y de dos pedagogías, diferentes y complementarias. La primera de ellas es llevada a cabo por la persona de Jesús, a la manera humana. Se hace uno de nosotros y nos enseña como lo haría uno de nuestros maestros debidamente preparado: por medio de la palabra, los símbolos, la repetición de conceptos, los signos o milagros al alcance de su poder divino, y el modelo admirable de su vida , hasta poder decir: << Amaos los unos a los otros como yo os he      amado >>. Quizás podríamos decir que la enseñanza de Jesús es de preparación, como hay unos estudios preparatorios para entrar en la Universidad. Él es Verbum Dei, la Palabra de Dios, y su enseñanza es asequible naturalmente a las facultades humanas, tal como las usamos para los otros aprendizajes.
            El otro Maestro divino es el Paráclito, que significa Instructor íntimo del corazón humano. O también significa protector, justificador, consolador o aquel que confirma eficazmente la enseñanza previa: << Os hará entender todo lo que yo os he enseñado >>. Su enseñanza se dirige no a las facultades físicas o psíquicas únicamente, sino al núcleo de la persona, a su corazón. El Espíritu Santo se hace luz en medio del alma con un rayo de verdad divina, y con el amor divino que comunica, mueve la voluntad a amar a Dios y el bien. Si Jesús es la Palabra de Dios, el Espíritu Santo es el mismo Amor de Dios.
         <<Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. / Ven, dulce huésped del alma, / descanso de nuestro esfuerzo. / Entra hasta el fondo del alma, / divina luz, y enriquécenos. / Riega la tierra en sequía, / sana el corazón enfermo. / Reparte tus siete dones, / según la fe de tus  siervos>>. Amen. 

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