Aproximación (Santísima Trinidad)

           No es nada fácil acceder al conocimiento cabal de una persona. Quizás la forma más fiable sería prestar atención a su comportamiento natural, espontáneo y constante. De lo que hace siempre, con todos, en diferentes circunstancias y estados de ánimo, deduciremos que es una persona buena, fiable, con quien podemos contar, o todo lo contrario.
            Para aproximarnos al conocimiento de Dios, nos servirá seguramente ese mismo modelo. Dios se revela a Moisés y le dice: << Yo soy el Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento para la ira y rico en clemencia y lealtad >>. Pero debemos saber si este comportamiento de Dios es constante y fiable o es sólo esporádico, pongamos por caso, sólo en su actuación con Moisés y con el pueblo elegido. Si es únicamente el Dios de Israel.
            Vamos al Evangelio de Juan y leemos: << Tanto amó Dios al mundo que entregó a su  Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna>>. Ahora ya vemos que su actitud de amor y de perdón se mantiene en el tiempo, se aplica a todo el mundo e implica plenamente al  Hijo, porque: << Dios no mandó a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él >>.
            San Pablo a los de Corinto, cuando ya ha recibido toda la revelación esencial y ha entendido por  experiencia personal la benignidad de Dios, escribe << La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y el don del Espíritu Santo estén siempre con todos     vosotros >>. Ahora Pablo acepta que Dios actúa como una naturaleza divina y anuncia que se manifiesta en tres personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo; y que el Dios único en tres personas es gracia y don para todos y siempre. Que el Dios uno y trino es misterio de amor y de donación para todo aquel que se le acerca.


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