Lo confiesa el salmista: << En ti, Señor, está la fuente de la vida >>. En la obra de la creación el objetivo último del Autor es, seguramente, la vida en los diversos reinos que conocemos: desde la unicelular hasta la vida inteligente, desde la vida material hasta la espiritual y, aún más allá, la vida sobrenatural. Entonces, todo lo creado es a semejanza de Dios, desde la existencia hasta el pensamiento, a la libertad y al amor. Toda la creación, pues, tiene una función previa y preparatoria para la vida inteligente, libre y capaz de amar y de ser amado. En este contexto, parece una hipótesis plausible pensar que el universo está lleno de vida, y también de vida inteligente. Leemos en el libro de la Sabiduría: << Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte>>.
La vida del hombre es tan querida por Dios que no ha permitido que ésta sea transitoria: sólo por un tiempo, sino similar a la suya que dura para siempre. Por eso dice el libro de la Sabiduría: << Dios no hizo la muerte, ni goza destruyendo a los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera>>. Aunque el hombre tiene ante sí la experiencia inexorable de la muerte, ésta no es definitiva en el plan divino. El salmista cree firmemente que Dios tiene poder y voluntad para superar el trance de la muerte, cuando ruega confiadamente, diciendo: << Señor, me has arrancado del país de los muertos, cuando ya me hundía, me has devuelto la vida >>.
Jesús, imagen de Dios entre nosotros, hace gala de la opción divina por la vida y por su dominio sobre la muerte. Por lo pronto afirma: << Yo soy el camino, la verdad y la Vida >>. Después, demuestra claramente la verdad de aquella afirmación, cuando ofrece su vida pasando por la muerte, y volviéndola a tomar al tercer día. Dios ama la vida y la hace prevalecer en cualquier caso; no sólo en el mismo Jesús, sino siempre y en todos. Dice a Jesús el jefe de la sinagoga: << Mi niña está en las últimas, ve, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva. Jesús se fue con él. (...) Llegaron de la casa del jefe de la sinagoga para decirle: "Tu hija se ha muerto". Pero Jesús, sin hacer caso de lo que acaba de oír, dice el jefe de la sinagoga: "Basta que tengas fe". Entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: “Contigo hablo, niña, levántate”. La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar>>.
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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