El lenguaje bíblico hace uso muy a menudo de la comparación entre el alimento físico y el espiritual. Quizás para suscitar interés, quizás para que se entienda mejor el mensaje espiritual. En este sentido leemos en los Proverbios: <<La sabiduría (…) ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto la mesa>>. A continuación aclara que se trata de un convite espiritual, cuando dice: <<Los inexpertos que vengan aquí, quiero hablar a los faltos de juicio. (…) Dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia>>.
El alimento de nuestro cuerpo es tan imprescindible, que la misma naturaleza se ocupa de que el feto, recién concebido, se alimente de la sangre de su madre y, de manera similar, cada ser viviente encuentra su sostenimiento en el mismo entorno que le ha dado la vida. La vida espiritual, sobre todo en su vertiente sobrenatural, pide la participación de la voluntad libre, tanto para darse cuenta de sus necesidades, como para buscar su alimento y encontrarlo. Dice el salmista: << Gustad y ved qué bueno es el Señor >>. Este buscar y encontrar el alimento espiritual trastorna el orden de la vida física corporal, porque el hombre espiritual ha descubierto su necesidad de bien, de verdad, de discernimiento entre el bien y el mal, de altruismo y de amor. Por eso pasa a veces lo que leemos en el salmo: << Los ricos empobrecen y pasan hambre; los que buscan al Señor no carecen de nada >>. Algunos viven y quizá mueren demasiado hartos en su cuerpo, mientras su espíritu muere de inanición. Otros, que sufren la escasez de pan, viven en la abundancia de nutrientes espirituales.
Dicho esto, creo que se puede entender mejor el mensaje del fragmento de San Juan que hemos escuchado. << Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre >>. La vida de Jesús, sus enseñanzas, su amor a todos, la inaudita esperanza que proclama, su entrega a la muerte con sangre derramada y la carne triturada, acabó todo en vida nueva de resucitado. La vida, la muerte y la resurrección de Jesús son el mejor alimento espiritual que nunca había conocido la Historia. Razón por la que añade Jesús: <<Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre>>. Comemos este pan cuando aceptamos a Jesús sin condiciones y hacemos nuestra su enseñanza; cuando nos dejamos conducir por él, al punto de no vivir ya para nosotros mismos, sino para Dios y para los demás.
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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