Cada uno de nosotros, en algún momento, optamos por un modelo de vida u otro. No me refiero a qué estado - celibato o matrimonio- o que profesión o carrera queremos elegir, sino a una cuestión más nuclear. La cuestión sería: ¿Quiero vivir sin Dios, como si Dios no estuviera, o quiero contar con Dios y quiero ponerlo de lleno en mi vida, esperando a la recíproca, que él cuente conmigo y me proteja? También me puedo plantear: ¿En qué o en quién puedo depositar mi última esperanza para llegar a alcanzar una vida digna, significativa, valiosa, de la que me pueda sentir satisfecho, incluso orgulloso? Algunos se fían del dinero, del poder, del hedonismo; otros eligen a Dios a quien conocen como Verdad, Bien y Amor, y se comprometen a hacer vía con los hermanos, que peregrinan hacia una vida mejor y definitiva.
Cuando los israelitas llegaron a la tierra prometida, << Josué habló a todo el pueblo: "Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Eufrates, o los dioses del amorreos, en cuyo país habitáis; yo y mi familia serviremos al Señor". El pueblo respondió: "!Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! (...) También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!>>.
En el Evangelio de hoy hemos encontrado otro compromiso histórico envuelto en una problemática normal, hecha de dudas y de malas interpretaciones, y con resultados opuestos. << Muchos discípulosde Jesús, al oírlo, dijeron: "Este modo de hablar es duro, ¿Quién puede hacerle caso?>>. Jesús entonces les explicó que él les había hablado espiritualmente, que lo que él les proponía era la firme adhesión a su persona y a su mensaje, una estrecha comunión de pensamiento, de intenciones, de amor y de actitudes con él. Lo explica claramente, diciendo: << El Espíritu es quien da la vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida >>. Pero ellos no le entendieron: << Muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él>>. Los apóstoles, con Pedro a la cabeza, por el contrario, reafirmaron el compromiso y se expresaron así: << "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios >>. ¿Hemos tomado nosotros un compromiso definitivo y fiel respecto a la adhesión a Jesús, y por él a Dios?
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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