Globalmente, la historia de la humanidad no es bonita. El bien innegable que la recorre de punta a punta se acaba oscurecido, casi eclipsado por odios, guerras, depredación sistemática, acopio sin sentido; por la reducción a la esclavitud, por los holocaustos, por la corrupción generalizada. Los poderosos de la política, de las empresas gigantes, de la banca, con frecuencia engordan con la sangre del pueblo. Las religiones, en los momentos numerosos de radicalismo total, han manipulado -algunas manipulan todavía- la buena fe de los creyentes y, a veces, han empleado, en nombre de Dios, una inconfesable violencia, bajo el velo de la integridad de la fe. De hecho, una parte de historia de la humanidad se ha escrito al margen de la trascendencia -como si todo comenzara, se desarrollara y terminara en la tierra- y no hubiera ningún Ser Supremo de quien viene todo y hacia quien se encamina todo, bajo su amorosa mirada. Pienso que el pequeño porcentaje de los que, desde los orígenes y hasta la fecha, ya han vivido una civilización del amor, es el que ha dado viabilidad ye sentido a toda la humanidad; como la sal da sabor a los alimentos insípidos.
El libro del Deuteronomio intenta orientar el pueblo de Israel hacia la civilización de la fe y del amor, cuando dice: << Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con todo el alma, con todas las fuerzas >>. Este es el principio básico para una civilización exitosa y feliz; válida para todo el globo y para todos los pueblos de la tierra, hasta el fin. Las pseudo democracias que padecemos, piensan erradicar la corrupción y la injusticia cambiando el signo de sus gobernantes. Pero, lo máximo que consiguen es un cambio de color y de signo de la injusticia y la corrupción, que los nuevos gobernantes seguirán practicando con nuevas medidas, tal vez aún más lacerantes.
La razón es evidente: no tenemos personas convertidas a la verdad total y al amor universal que puedan gobernar las naciones, y aquellas que sí están, no tienen posibilidades de acceder al poder. Jesús, que es el exponente máximo y sobrenatural de la civilización del amor, completó el mensaje del libro del Deuteronomio que nos invita al amor a Dios, con un segundo mandamiento: << El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que éstos >>. Con el cumplimiento fiel de estos dos mandamientos se establecería en el mundo el Reino de Dios. << Reino de verdad y de vida, de justicia, de amor y de paz >>. Al maestro de la ley que habla con Jesús, y que ha entendido perfectamente esta doctrina, Jesús le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios >>
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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