Nada hay más
perjudicial que vivir inmovilizado en el presente por falta de iniciativas, a
causa de cobardía o de pereza o, tal vez, por timidez enfermiza como sería la
falta de confianza en Dios y en sí mismo y en las propias cualidades. Esto
significaría la modorra y la parálisis total de nuestra vida. Todavía, sin
embargo, sería peor, sentirse condicionado y predestinado por el pasado,
excusándose en la experiencia de algún fracaso o de falta de visión o de
firmeza en los proyectos que no han llegado a buen término. Quizá también por
causa de intenciones poco limpias o de malas artes practicadas, que pesan en nuestra
conciencia. El pasado no lo podemos cambiar, pero si redimirlo. El presente
está a punto de agotarse y nos queda muy poco tiempo para aprovecharlo.
Ante
nosotros se abre el futuro como un amanecer, y es allí donde nos espera nuestra
realización total. El aprendizaje obtenido del pasado y el realismo palpable del
presente, deben permanecer abiertos y bien dispuestos hacia el futuro. El
bagaje que hemos logrado en el pasado, purificado ahora, en el presente, nos
puede facilitar la apertura y la disponibilidad para afrontar el futuro. Para
esta tarea Dios está a nuestro favor y nos quiere ayudar. Nos lo describe así
el profeta Jeremías: << Mirad que llegan
días -oráculo del Señor- en que cumpliré
esa promesa que hice a la casa de Israel
y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un
vástago legítimo. (...) En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán
tranquilos>>.
Para mí, aquella
bendición todavía no se ha cumplido. Me está esperando en el futuro hacia el
que vivo proyectado. La fe, enraizada en el pasado, me ha permitido madurar en
el presente, en forma de caridad inicial (amor). La abundante cosecha de amor curtido y maduro es cosa del futuro,
avanzando por el camino de la esperanza. El tiempo de Adviento, que hoy
comienza, es visto en la Liturgia cristiana como una mirada esperanzada hacia
nuestro futuro. Entonces seremos salvados y viviremos confiados.
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario