Los humanos siempre hemos
buscado la estrella y hemos pretendido encontrarla, es decir: una ideología
verdadera, real, objetiva, válida para todos y, por tanto, perenne. Lo han
intentado, antes que nadie más, los filósofos, seguidos de los políticos, los economistas y los artistas. Podríamos
hablar de sistemas dictatoriales, de fascismo, de marxismo, de capitalismo, de
masonería. Ahora está de moda, y lo invade todo -asolándolo- la llamada
ideología de género. Hasta ahora, el resultado ya lo sabemos: << Las
tinieblas envuelven la tierra i oscuras nubes cubren las naciones. >>
Unos magos de Oriente, unos
estudiosos de su tiempo, buscaban la respuesta: una verdad cósmica y válida,
que fuera capaz de satisfacer sus inquietudes. Quizás, sin saberlo, obedecieron
las palabras de Isaías, cuando dice: << Los pueblos verán tu luz, los
reyes el resplandor de tu aurora >>. Porque la verdad, la buena
ideología, se parece a una estrella, una luz resplandeciente que pone en
evidencia la realidad concreta: sus circunstancias, su función básica y el
resultado de su tratamiento.
<< La estrella se detuvo
sobre el lugar donde estaba el niño >>. La estrella había servido sólo
para encontrar al niño. La verdad buscada por los magos no era la estrella, era
el Niño. Él había venido para llevar a la tierra una ideología: nueva,
universal y perdurable. << Levántate, brilla, Jerusalén, que
llega tu luz, y sobre ti amanece la gloria del Señor >>. Todas las
ideologías humanas han pasado de moda y se han derrumbado. El pensamiento cristiano aún es fresco y joven como el primer día, y da
luz a todos los que lo quieren seguir.
Imprimir artículo
Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario