Nadie se atrevió, en tiempos
de Jesús, a llamarle siervo o sirviente. La gente pensaba si sería Isaías,
Jeremías o uno de los profetas. Pedro, dando la opinión del grupo, dijo:
<< Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo >>. Debemos volver
atrás, al tiempo de Isaías, para leer: << El Señor me dijo: Tú eres mi
siervo, de quien estoy orgulloso>>. Dios lleva a cabo sus obras y rectifica
los estragos de los hombres, obrando positivamente y sirviendo. El Mesías lo
sabe y lo acepta: << Desde el vientre me formó siervo suyo, para que le
trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel>>.
Por el contrario, nosotros
preferimos hacernos servir. Los que pueden acumulan un buen número de
sirvientes y se sienten orgullosos. No hace mucho, los sirvientes eran llamados
esclavos y se vendían y compraban en los mercados, como el ganado. En nuestro
tiempo, hay quien acumula cargos productivos, prebendas, oficinas, secretarias,
coches oficiales con chofer.
Todo para sentirse bien
cobijado y bien servido. Otros, menos pretenciosos, abusan de prestaciones y
servicios de la sociedad del bienestar, mirando sólo su provecho. Con todo, hacerse sirviente da buenos resultados:
<< Me he sentido honrado por el Señor, y mi Dios ha sido mi gloria
>>. El sirviente y aquellos a quienes sirve salen beneficiados: <<
Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance de un extremo a otro
de la tierra >>. ¿Seremos capaces
de darle la vuelta a la situación y hacernos siervos de Dios y de nuestros
semejantes?
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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