El fundamento inamovible de la vida cristiana no es una doctrina, sino una persona. La doctrina, navega un poco en el mundo de la abstracción y desemboca en principios morales, externos a nosotros, que tienen aspecto de muros o al menos de callejones estrechos con el intento de condicionar, incluso de reducir, nuestra libertad. La persona, por el contrario, con la que nos encontramos, tiene el don de la proximidad, de la comprensión y del afecto, y nos alienta a confiar en nosotros mismos. No es lo mismo tener conocimiento, aunque sea cuidadoso, de las enseñanzas del Maestro de Nazaret, que encontrarse personalmente con él. El resultado es infinitamente diferente.
No cabe duda de que a Saulo, intelectual de la época y eminente en doctrina religiosa, le había llegado el eco persistente de las enseñanzas de Jesús, así como de su vida coherente y de los milagros. Nada de esto le había podido convencer. Hizo falta el encuentro personal para convertir a Saulo en Pablo: <<Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Quién eres, Señor? Soy Jesús de Nazaret a quien tú persigues >>. A partir de este hecho Pablo es una persona nueva, y se convertirá en el amigo inseparable de Jesús, a quien anunciará por todo el mundo conocido, apostando por él la vida cada día.
El encuentro personal en el seguimiento del Evangelio y en nuestra vida interior es presentado como prioritario y fundamental en el Nuevo Testamento. Leemos en la primera carta de San Juan: << Este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo (encuentro personal por la fe), y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó>>. (Encuentro personal entre creyentes en vistas al cuerpo místico). Y, en el Evangelio del mismo Juan escuchamos: << Permaneced en mí y yo en vosotros (encuentro íntimo y prolongado de comunión)... Yo soy la vid, vosotros los sarmientos (encuentro, formando unidad de vida y de ser)... El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante (unidad de intenciones y de resultados, en el plan de salvación universal de Dios) >>. San Pablo llega decir: << Ya no vivo yo; es Cristo quien vive en mí (encuentro donde Jesús asume la persona del amigo, para hacerlo aún más íntimo y casi igual a sí mismo: mística unión)
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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