Presentación

Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!

sábado, 1 de abril de 2017

25. Dios recóndito

           San Juan de la cruz, en su Cántico Espiritual y, aquí y allá, en el resto de sus obras, nos presenta a Dios como el que queda escondido al alma, y que sólo lo puede encontrarlo buscándolo en la oscuridad de la noche espiritual. No es que Dios se esconda o se aleje de nosotros, sino que su presencia, siempre inmediata, nos queda como recóndita debido a nuestra incapacidad para percibirla. Él, es tan otro ser, está tan fuera de nuestro alcance, que no hay en nosotros ninguna facultad, sensitiva o espiritual, capaz de detectar la presencia o la ausencia. En efecto, Juan de la Cruz afirma que ni la aridez es signo de su ausencia, ni la consolación de su presencia; no está más escondido ni más lejos, ni tampoco más cerca o más manifiesto, en un caso que en el otro.
            Así pues, las experiencias de bálsamo interior o de desolación se deben, o bien a la variante situación de la salud física o psíquica y a sus manifestaciones emocionales, o sino, en el estado de conciencia, según se encuentre o no en sintonía con la verdad y el bien. La conciencia humana tiene capacidad de experimentar, en ella, la presencia del bien y del mal morales y de sus efectos, porque son realidades que caen en el alcance de la criatura racional, lo cual nos da una valiosa orientación: el ámbito del bien se encuentra, sin lugar a dudas, en la dirección del BIEN INFINITO, la santidad de Dios.
            Es el mismo Juan de la Cruz quien nos desbroza el camino por donde podemos abrirnos progresivamente al Dios presente y consentir positivamente y en libertad su presencia y acción en nosotros. Este camino, el único posible, es la fe despojada de todo apoyo intelectual o sensitivo, y el testimonio de nuestra conciencia, cuando nos confirma que caminamos en dirección al Bien:
"En una noche oscura,
Con ansias en amores inflamada,
¡Oh dichosa ventura!
Salí sin ser notada,
Estando ya mi casa sosegada.”

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