Es lo primero que tenemos
claro: alcanzar un estado de vida óptimo
al que nos creemos llamados, terminar una carrera, consolidar un negocio. En
definitiva, asegurarnos una estabilidad con garantía, que nos ayude a disfrutar
de la felicidad, tan pronto como sea posible. En la práctica, sin embargo, las
cosas son diferentes, como reza el antiguo dicho: lo primero en la intención es
lo último en la consecución. Cuántos esfuerzos nos harán falta, cuántos
sacrificios habremos de soportar, cuántas privaciones, cuánto tiempo tendrá que
pasar, antes de llegar al objetivo anhelado!
Es el caso de Abraham:
<< Vete de tu país, de tu clan y de la casa de tu padre, hacia la tierra
que te mostraré. Haré de ti un gran
pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre>>. Ya conocemos la historia:
Tuvieron que pasar generaciones y generaciones, antes que esta promesa se
hiciera realidad.
Lo mismo ocurre en el Evangelio
de hoy: Jesús (...) << Se transfiguró delante de ellos. Su cara se volvió
resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la luz >>. Pedro
lo ve claro: << Señor, qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti,
otra para Moisés y otra para Elías>>. Él piensa haber logrado el
objetivo: la gloria, la felicidad. Pero no. Era sólo una muestra. Era
totalmente efímero y había que bajar de la montaña, volver a la tarea diaria, y
atravesar el túnel de la pasión. Es
bueno tener un objetivo claro y la firmeza y constancia suficiente para llegar.
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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