A nuestro modo de ver, la presencia de Dios en los asuntos humanos, su interacción en la Historia, su pedagogía en el proceso de la salvación, sufren de una lentitud exasperante y de una prudencia excesiva. Ahora mismo, en el siglo XXI, aunque la Buena noticia ya ha llegado a todos los rincones del mundo, el porcentaje de cristianos se reduce, debido al crecimiento demográfico. Y, con ocasión de los grandes desastres que sufre la humanidad, como el Holocausto o las catástrofes naturales, el silencio clamoroso (al menos aparente) de Dios, pone a prueba, incluso, su existencia, porque ¿cómo ha podido permitir unos horrores que serían inimaginables, si no hubieran pasado?
Los caminos del Señor son tan diferentes de los nuestros como el día de la noche. Dice Ezequiel: <<Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré, (...) en la cima de un monte elevado, la plantaré en la montaña más alta de Israel, para que eche brotes i dé fruto y se haga un cedro noble >>. La obra de Dios en su creación se adapta a las leyes por él mismo establecidas, sigue fielmente el ritmo programado, y lo nivela todo: << Yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes. Yo soy los Señor, lo he dicho y lo haré >>. Todo el proceso tiene lugar, desde Dios, fuera de los tiempos y del espacio, en el marco de la eternidad.
La reflexión de San Pablo a los de Corinto parece ir en esa dirección, cuando dice: << Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe>>. Nuestra vida de hijos en el Reino, sembrada en la fe y en la caridad, << Se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. El duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego las espigas, después el grano>>. ¿Cómo pensamos sino, que hacía Dios su obra en los millones de judíos, hijos suyos, amontonados en los campos de concentración, en espera de su holocausto en los hornos crematorios?
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Presentación
Presentación
Mosén Enric Prat presenta estas nuevas Homilías, totalmente diferentes de las ya conocidas (www.bisbaturgell.org - homilias dominicales). Son diferentes en el contenido, en el estilo y en la extensión. Cada Homilía contiene una sola idea, la expresada en el título. La breve argumentación se basa casi únicamente en los textos litúrgicos del día. Creemos que estas homilías pueden facilitar a cada interesado la preparación de la suya propia; o como guión de un comentario más espontáneo. La mejor utilización, sin embargo, la encontrará cada usuario interesado. Posiblemente, otras personas además de los predicadores, encontrarán en estos escritos la ocasión de profundizar en el sentido íntimo de la Palabra de Dios en la Liturgia, y de saborear el consuelo espiritual que nos ofrece. Sea todo ello para alabanza de Dios y a beneficio espiritual y humano de cuantos quieran hacer uso de este medio. Muchas gracias.
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
Terminada la publicación en este BLOG de las NUEVAS HOMLIAS, me atrevo a proponer a los amables usuarios una nueva Etiqueta: EL RINCON DE LA MISTICA. La mística, no en su vertiente de hechos extraordinarios, como el éxtasis, la levitación, las locuciones o las visiones, sino como alternativa a la ascética, con la atención puesta en las obras de San Juan de la Cruz y en el autor anónimo del libro lA NUBE dEL NO SABER. La ascética se basa en el razonamiento, el esfuerzo y el protagonismo personal. La mística abandona todo protagonismo personal para atribuirlo sólo a Dios, de acuerdo con lo que recomienda el Salmo 36: Encomienda al Señor tus caminos; confía en él, déjalo hacer. O respondiendo a la oferta de Ap.3,20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. El místico recibe, por medio de la iluminación que le es dada, una noticia nueva de la naturaleza de Dios, que es oscura e inexplicable. Los autores la llaman docta ignorancia o rayo de tiniebla. Este trabajo, que ha sido publicado en la revista l’Església d’Urgell y con una buena aceptación por parte de muchos lectores, puede ser útil para la lectura y meditación particular, y también como herramienta de trabajo para grupos de oración, de formación espiritual o de catequistas. Gracias!
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